El amor es algo que nos cambia la vida, pero eso no significa que nosotros tengamos un control claro sobre este sentimiento.Y es que aunque desconozcamos la lógica que hace que aparezca el amor, sí podemos ser conscientes, si prestamos atención.
Se te acelera el pulso. La típica señal de atracción o, muchas veces, enamoramiento. Cuanto más valor le damos a una persona, más rápido late el corazón y, por consiguiente, si hay enamoramiento de por medio el ritmo se eleva mucho.
Aparece la Euforia. La idea de que esa persona amada existe hace que nos sintamos mejor en muchos aspectos, y todos ellos llegan a nosotros a la vez. Nos sentimos menos solos porque nos da la sensación de que alguien nos comprende, y a la vez imaginamos una vida llena de proyectos compartidos .
Se dilatan las púpilas. Cuando alguien nos atrae mucho, las pupilas de nuestros ojos se dilatan. Esto es así para captar los máximos detalles posibles de lo que ocurre cuando esa persona que nos gusta anda cerca. La idea es reaccionar al momento para adaptarse a cualquier situación.
Fantaseas un futuro juntos. Nos lleva a un estado de tensión: no sabemos si la posible relación de pareja con esa persona tendrá futuro o no
Pensamientos Recurrentes. Cuando nos enamoramos, empezamos a ver referencias a la persona amada por todas partes: en olores, en sonidos, e incluso la cara de algunas personas nos recuerda a la suya (aunque no se parezca en nada).
Queremos saber más sobre ella. Al enamorarnos, utilizamos la información que sabemos de esa persona para imaginar más sobre ella.
También podemos preguntarles como se sienten Alicia y Alexis...