Lo mejor de la vida no atiende a planes o programaciones
La mayoría de las veces basta con dejarnos llevar, con permitir que las cosas sucedan por sí mismas, con la sutileza de la casualidad, con la apertura de quien es humilde y no espera nada, pero en verdad... lo sueña todo.
Es posible que hayáis oido hablar de la ley de la atracción. Según este principio, las personas deberíamos ser capaces de conseguir o llegar a ser aquello que deseamos gracias a esas unidades energéticas que emanan de nuestro propios pensamientos y emociones.
La vida es un maravilloso cúmulo de casualidades donde la felicidad puede esconderse en cualquier esquina, en cualquier rincón. Aunque no todos pueden ser lo bastante receptivos para poder verlo, para dejarse llevar.
artículo redactado y avalado por la psicóloga Valería Sabater